Samira Mohamed tiene 18 años. Nació en los campamentos de refugiados de Tindouf, en Argelia. Estudió allí hasta sexto. En los campamentos no había posibilidad de estudiar la secundaria. Además Samira estaba perdiendo visión y no quería irse a estudiar fuera así que se quedó un año en los campos sin estudiar.
Bajo la coordinación de Educación sin Fronteras, las entidades que impulsan la Campaña Mundial por la Educación en Catalunya, ha tenido la oportunidad de charlar con ella y de que nos cuente cual ha sido su vida en el campamento de refugiados, sus posibilidades de estudiar y como es la situación de otros niños y niñas con perdida visual como ella.
Samira tuvo la oportunidad de que sus padres, a través de Sant Cugat amb el Poble Saharaui (S.C.A.P.S.), la mandaran a Barcelona para que pudieran valorar el tema de la pérdida de visión.
S.C.A.P.S. la acogió mientras fue sometida a dos operaciones quirúrgicas. A pesar de las intervenciones Samira no logró recuperar la visión y fue entonces cuando entró en contacto con la Fundación ONCE donde inició un proceso educativo para lograr mayor autonomía.
Allí aprendió Braille (tanto a leer como escribir), a manejarse con el bastón y poder valerse por sí misma. Fue muy importante para ella. Aprendió a hacer las cosas de otra manera.